No más problemas en la cocina: los 10 errores más comunes al lavar los platos que se deben evitar

Lavar los platos puede parecer una tarea simple, pero hacerlo de manera incorrecta puede comprometer la higiene de los utensilios y generar más de un problema. No se trata solo de aplicar detergente y fregar: hay ciertos cuidados clave que garantizan una limpieza efectiva y evitan riesgos de contaminación.
Estos errores no solo afectan a quienes lavan a mano, sino también a quienes usan lavavajillas, ya que su mal uso también puede perjudicar el resultado. A continuación, te contamos cuáles son los diez errores más comunes al lavar los platos y cómo evitarlos para asegurar una vajilla verdaderamente limpia.
Los 10 errores más comunes al momento de lavar los platos
1- Lavar los platos con una esponja sucia
La esponja es un elemento clave al lavar los platos a mano, y su estado puede marcar la diferencia entre una limpieza efectiva y una posible contaminación. Usar una esponja sucia es como intentar limpiar una superficie con un trapo lleno de gérmenes, con el agravante de que los platos entran en contacto directo con los alimentos.

No es necesario cambiarla todos los días, pero sí es fundamental higienizarla a fondo cada dos o tres días, y reemplazarla por una nueva cada 15 o 20 días para evitar la acumulación de bacterias.
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2- Enjuagar los platos antes de usar el lavavajillas
Muchas personas piensan que enjuagar los platos con una esponja antes de colocarlos en el lavavajillas ayuda a eliminar la grasa y los restos de comida, facilitando así su limpieza. Sin embargo, este paso no solo es innecesario, sino que puede resultar contraproducente.
Los detergentes para lavavajillas están especialmente formulados para actuar sobre platos sucios, por lo que el prelavado puede reducir su efectividad. De hecho, enjuagar los platos previamente puede interferir con los sensores del lavavajillas y hacer que el lavado sea menos eficiente.
3- Utilizar detergente en exceso
Usar mucho detergente no asegura una mejor limpieza de los platos; de hecho, puede tener el efecto contrario. Un exceso de jabón puede dejar una capa gelatinosa sobre la vajilla, difícil de enjuagar y poco higiénica. Según los especialistas, lo ideal es aplicar solo unas gotas de detergente en la esponja —especialmente si se trata de una fórmula concentrada— para lograr una limpieza efectiva sin residuos.

4- Lavar con la pileta de la cocina sucia
Antes de comenzar a lavar los platos, es fundamental asegurarse de que la pileta esté limpia, ya que las bacterias acumuladas en la bacha pueden contaminar los utensilios durante el lavado. Lo mismo aplica al lavavajillas: es importante realizar una limpieza periódica para mantener su buen funcionamiento.
Lo recomendable es higienizarlo cada dos semanas, aunque la frecuencia puede ajustarse según el nivel de uso. Esta práctica no solo elimina malos olores, sino que también mejora la eficiencia del lavado, ya que los residuos de comida y jabón pueden afectar el rendimiento del aparato.
5- Que el agua salga muy caliente o muy fría
Regular la temperatura del agua al lavar los platos es clave tanto para lograr una limpieza efectiva como para cuidar la salud de quien realiza la tarea. El agua demasiado caliente puede provocar quemaduras o dañar la piel, incluso usando guantes, mientras que el agua fría dificulta la eliminación de la suciedad, ya que el calor facilita el desprendimiento de grasa y restos de comida.
En el caso del lavavajillas, se aplica el mismo principio: si permite ajustar la temperatura, lo ideal es que alcance unos 48 °C para garantizar una limpieza óptima.
6- Utilizar el jabón del lavavajillas para lavar a mano
En este caso, ninguna de las dos opciones es adecuada: usar detergente para lavavajillas al lavar a mano, o aplicar el detergente convencional para esponja dentro del lavavajillas, puede ser contraproducente. No solo se compromete la eficacia del lavado, sino que también se corre el riesgo de causar daños importantes.
En el primer caso, puede irritar la piel debido a su composición más agresiva, y en el segundo, puede afectar el funcionamiento del lavavajillas y generar un exceso de espuma que podría derivar en fallas o desbordes.
7- Guardar los platos sin secar
Es fundamental evitar guardar la vajilla cuando todavía está húmeda. Aunque se trate de platos de uso diario que se volverán a utilizar en poco tiempo, la humedad favorece la formación de moho y puede contaminar el interior de las alacenas.
8- Sobrecargar el lavavajillas
Con tal de evitar múltiples lavados, muchas personas llenan el lavavajillas al máximo. Sin embargo, esto puede resultar contraproducente: los platos no se lavan de manera uniforme y el exceso de carga puede afectar el funcionamiento del equipo.

9- Meter en el lavavajillas cosas que se deben lavar a mano
No todos los utensilios son aptos para lavavajillas. Elementos como tablas y cucharas de madera, cristalería delicada, ollas o sartenes específicas pueden deteriorarse por el calor intenso y el tipo de detergente que se utiliza en estos equipos. En estos casos, lo mejor es lavarlos a mano para prolongar su vida útil.
10- Dejar platos sucios en la pileta
Siempre que sea posible, es recomendable lavar los platos poco después de usarlos. Acumular vajilla sucia durante horas —como dejar los platos del almuerzo para la noche— favorece la proliferación de bacterias, genera malos olores y vuelve más difícil la limpieza posterior.