Cómo comprar el pan dulce de Plaza Mayor sin hacer filas y cuáles son las otras opciones más económicas para Navidad
Este postre es uno de los más destacados de las fiestas de fin de año y hay una panadería que logró convertirse en un verdadero ícono gastronómico. Cómo conseguirlo y cuánto salen las opciones industriales.

Desde hace años, el restaurante Plaza Mayor, ubicado en el barrio porteño de Monserrat, elabora un pan dulce que logró convertirse en un verdadero ícono gastronómico que conquistó tanto a argentinos como a extranjeros, generando una demanda que no para de crecer, especialmente durante la temporada navideña. El furor es tal que el establecimiento implementó un contestador automático para gestionar reservas y pedidos.
Al llamar, los clientes son recibidos con un mensaje que les permite elegir entre reservar su pan dulce o una mesa en el restaurante. Además, las filas para adquirir el producto pueden extenderse hasta tres cuadras. “Si desea reservar el pan dulce, marque 1”, es una de las opciones que escuchan quienes llaman al establecimiento.

Además, la venta de manera presencial se realiza todos los días de 9 a 11 horas y de 17 a 19 horas, en Venezuela 1399.
Este pan dulce se puede conseguir a un precio de $36.000, casi $11.000 más caro respecto al año pasado. A pesar de la suba, sigue siendo uno de los más económicos y buscados, y su popularidad hace que algunos lo ofrezcan en sitios de venta online por más de $40.000.
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Cuánto salen los panes dulces industriales en los supermercados
Cada temporada navideña aparecen nuevas versiones de panes dulces que intentan reinterpretar el clásico de Navidad pero en distintas versiones como ingredientes más naturales, opciones fit o sin TACC, sin frutas o con harinas integrales, entre otras opciones.

Estas opciones especiales suelen ser de las más caras, pero también son las que despiertan curiosidad entre los consumidores que buscan otras opciones sin perder el espíritu festivo de Navidad.
Sin embargo, también están las opciones más baratas que pueden encontrarse en supermercados, con precios más accesibles que rondan entre los $2.000 y $5.000:
- Cien Ducados con chips de chocolate: $3.700
- Cien Ducados con frutas: $5.500
- Don Satur con chips de chocolate: $3.650
- Don Satur con frutas: $3.600
- Don Satur sin frutas: $3.300
- Fantoche marmolado: $4.000
- Fantoche sin frutas: $3.550
- Purity con chips de chocolate: $2.100
- Purity con frutas: $2.000
- Valente con chips de chocolate: $4.600
- Valente con frutas y pasas: $4.200
- Valente sin frutas: $3.850

Historia del pan dulce en Argentina
El pan dulce o panettone proviene de Italia y es tradicional de la ciudad de Milán. Si bien durante la época del Imperio Romano ya se preparaba masa de trigo con miel y levadura, el origen de su versión con frutas tiene dos leyendas, ambas de fines de siglo XV.
La más extendida relata que el pan dulce surgió durante una Nochebuena en la morada de Ludovico Sforza, alias el “Moro”, duque de Milán y mecenas de Leonardo da Vinci. Tras un abundante banquete, el cocinero olvidó el postre en el horno y acabó quemándose por completo. Desesperado, habló con un joven lavaplatos llamado Antonio, que pensó en mezclar todo lo que había sobrado para preparar un pan y llevarlo hasta su casa.
De esta manera, el chef y el lavaplatos usaron los últimos ingredientes que quedaban en la cocina: harina, levadura, manteca y frutas confitadas. El invento gustó tanto a los comensales y al duque, que acabaron preguntando por su ideólogo. El cocinero les presentó al joven Antonio, y Ludovico decidió nombrar el nuevo postre como Pane de Toni, es decir, pan de Antonio.

La otra leyenda, que también surge en esta época, relata la historia del aristócrata Ughetto Atellani de Futi, que se enamoró perdidamente de la hija de un pastelero de la ciudad de Milán. Para conquistarla, se hizo pasar por panadero y comenzó a trabajar en la pastelería de su padre bajo el seudónimo de Antonio. Con el objetivo de seducir a la muchacha, preparó un pan dulce con frutas confitadas, esencia de limón y naranja. La preparación tuvo un éxito inmediato entre los milaneses, que comenzaron a frecuentar al local para adquirir el “Pan de Toni”.


















