Secretos del pan dulce Plaza Mayor, el furor de la Navidad por el cual la gente hace filas eternas
En la mesa navideña no puede faltar este clásico argentino y hay un lugar en específico de Buenos Aires donde las filas son de varias cuadras. Cuáles son los precios.

Hace casi cuatro décadas, el restaurante Plaza Mayor, ubicado en el barrio porteño de Monserrat, comenzó a elaborar un pan dulce que, con el tiempo, se transformó en un verdadero ícono gastronómico.
Este producto estrella conquistó tanto a argentinos como a extranjeros, generando una demanda que no para de crecer, especialmente durante la temporada navideña. El mismo es elaborado artesanalmente con manteca, levadura madre, frutas escurridas y frutos secos como nueces, almendras, castañas y higos— destaca por su textura densa, sabor generoso y abundancia de frutas y nueces, rasgos que le dieron fama entre generaciones de porteños.

El furor es tal que el establecimiento implementó un contestador automático para gestionar reservas y pedidos. Al llamar, los clientes son recibidos con un mensaje que les permite elegir entre reservar su pan dulce o una mesa en el restaurante.
Además, las filas para adquirir el producto pueden extenderse hasta tres cuadras. “Si desea reservar el pan dulce, marque 1”, es una de las opciones que escuchan quienes llaman al establecimiento.
Secretos del pan dulce
- Receta familiar y tradicional: la misma fórmula que preparaba la abuela de los dueños desde hace décadas.
- Pan dulce artesanal y abundante: masa rica y densa con gran cantidad de frutas y nueces —muy diferente a las versiones industriales.
- Símbolo navideño porteño: para muchos, tener ese pan dulce en la mesa es parte del ritual de las fiestas.
- Demanda histórica que supera la oferta: la fila, los cupos limitados y la reventa online muestran cuánto lo valoran quienes conocen su sabor.

Cuánto sale el pan dulce de Plaza Mayor para Navidad y Año Nuevo
Con la inminente llegada de la Navidad, la emblemática panadería y restaurante comenzó a calentar sus motores y ya sacó a la venta la nueva versión de su emblemático Pan dulce, a un precio de $36.000, casi $11.000 más caro respecto al año pasado. A pesar de la suba, sigue siendo uno de los más económicos y buscados, y su popularidad hace que algunos lo ofrezcan en sitios de venta online por más de $40.000.
El restaurante Plaza Mayor está ubicado en Venezuela 1399, Buenos Aires, y atiende todos los días en dos franjas horarias: de 9 a 11 y de 17 a 19. Allí, los fanáticos pueden asegurarse de conseguir uno de los panes dulces más emblemáticos de la Navidad argentina, disfrutar de su receta tradicional y mantener viva una tradición que no pasa de moda.
Historia del pan dulce en Argentina
El pan dulce o panettone proviene de Italia y es tradicional de la ciudad de Milán. Si bien durante la época del Imperio Romano ya se preparaba masa de trigo con miel y levadura, el origen de su versión con frutas tiene dos leyendas, ambas de fines de siglo XV.
La más extendida relata que el pan dulce surgió durante una Nochebuena en la morada de Ludovico Sforza, alias el “Moro”, duque de Milán y mecenas de Leonardo da Vinci. Tras un abundante banquete, el cocinero olvidó el postre en el horno y acabó quemándose por completo. Desesperado, habló con un joven lavaplatos llamado Antonio, que pensó en mezclar todo lo que había sobrado para preparar un pan y llevarlo hasta su casa.

De esta manera, el chef y el lavaplatos usaron los últimos ingredientes que quedaban en la cocina: harina, levadura, manteca y frutas confitadas. El invento gustó tanto a los comensales y al duque, que acabaron preguntando por su ideólogo. El cocinero les presentó al joven Antonio, y Ludovico decidió nombrar el nuevo postre como Pane de Toni, es decir, pan de Antonio.
La otra leyenda, que también surge en esta época, relata la historia del aristócrata Ughetto Atellani de Futi, que se enamoró perdidamente de la hija de un pastelero de la ciudad de Milán. Para conquistarla, se hizo pasar por panadero y comenzó a trabajar en la pastelería de su padre bajo el seudónimo de Antonio. Con el objetivo de seducir a la muchacha, preparó un pan dulce con frutas confitadas, esencia de limón y naranja. La preparación tuvo un éxito inmediato entre los milaneses, que comenzaron a frecuentar al local para adquirir el “Pan de Toni”.

















