Un clásico fermentado que acompaña carnes y mejora la digestión: el paso a paso para hacer chucrut alemán casero
Es uno de los fermentados más antiguos y saludables del mundo. Este clásico a base de repollo combina sabor ácido, textura crocante y múltiples beneficios para la salud.

El chucrut es sin duda un alimento especial y particular, que reúne la sabiduría de la cocina ancestral en el sentido de saber conservar, fermentar y transformar lo simple de un repollo en un producto lleno de sabor, textura y aroma.
Es que la particularidad de su acidez y su crocantez lo convierten en un clásico que terminó conquistando las cocinas y paladares de todo el mundo.

Receta de chucrut casero (para 4 personas)
Ingredientes:
- 1 repollo blanco mediano (aproximadamente 1 kilo)
- 1 cucharada sopera de sal gruesa
- 1 cucharadita de semillas de alcaravea (opcional)
Preparación:
Retirar las hojas exteriores del repollo y reservar una o dos. Cortar el resto en tiras finas y colocarlas en un bol grande. Agregar la sal y masajear con las manos durante unos 10 minutos, hasta que el repollo libere su jugo. Incorporar las semillas de alcaravea (comino de prado) si se desea.
Transferir a un frasco de vidrio, presionando para eliminar el aire y asegurando que el líquido cubra el repollo. Tapar sin cerrar herméticamente y dejar fermentar de 5 a 7 días en un lugar oscuro. Cuando alcance la acidez deseada, cerrarlo bien y conservar en la heladera.
¿De dónde surge el chucrut?
Los orígenes de su historia hay que buscarlos desde hace 2.000 años. Si bien muchos lo vinculan con Alemania o Alsacia, lo cierto es que su origen está en China, donde los constructores de la Gran Muralla fermentaban vegetales para conservarlos durante el invierno.
Esta técnica, a través de los siglos, se fue trasladando hacia Occidente y terminó adaptándose a diferentes países, por supuesto, con variantes locales.

También, además de tener un sabor inconfundible, el chucrut ofrece otros beneficios para la salud. Es que la fermentación potencia las vitaminas C y K, y aporta probióticos naturales que fortalecen la flora intestinal y mejoran la digestión.
Por tanto, es un excelente acompañante de carnes, así como también de embutidos y picadas, además de un alimento funcional ideal para sumar a la dieta diaria.
















