Decepción en el universo “Outlander”: por qué “Blood of my Blood” está entre las peores series de 2025
Ni siquiera sirvió para calmar el “doughtlander” a la espera de la despedida de Sam Heughan y Caitriona Balfe de sus personajes icónicos. No alcanzó con que Gabaldon escribiera un último episodio, el último.

En 2026 terminará una serie amada: “Outlander” estrenará su última temporada y los fans ya empezaron a despedirse de los intérpretes de Jamie Fraser y Claire Beauchamp, encarnados por Sam Heughan y Caitriona Balfe.
En paralelo habían recibido con alegría la llegada de la precuela que cuenta las historias románticas de los padres de estos dos personajes: “Blood of my Blood”. Pero lamentablemente resultó ser una historia trillada, repetitiva y que usó toda la inventiva de Diana Gabaldon para crear la saga “Forastera”, pero nada de su picardía, humor o vuelo poético.
Sí, para muchos de los fans, y para esta periodista, la precuela resultó una decepción ya desde el título, que hace referencia a la frase con la que Jamie se casa con Claire. Primer golpe bajo y falto de imaginación, pero igual vimos completa la primera temporada. No vamos a criticar sin fundamento.

Situaciones que decepcionan
Y siguieron las decepciones para el fandom de la historia original. Primero porque Gabaldon sólo fue consultora de la serie, aunque escribió el último episodio. Quizás porque vio la debacle de la historia basada en sus libros.
Es que el autor de los guiones fue el showrunner Matthew B. Roberts. Se lanzó a hacer la serie sin que exista un libro de esta trama firmado por la prolífica autora estadounidense. Escribir “Blood of my Blood” sería sólo un proyecto a futuro.

Ese fue el primer error: una cosa es adaptar las vivencias de personajes muy trabajados por medio de la investigación y un proceso de escritura que viene desde 1990 y que derivó en Outlander; y otra es imaginar y contar cómo habría sido la vida de Brian Fraser, Ellen MacKenzie, Julia Moriston y Henry Beauchamp décadas antes de los sucesos relatados en la primera novela.
Y digo error porque, si la presentación de estos personajes fue adecuada, el desarrollo de las relaciones fue apresurado para hacerlos pasar todo lo pensado para ellos como si 10 episodios no alcanzaran.
Y pasaron cosas poco creíbles: que Henry reconociera a Julia en la calle después de escribirse cartas es inadmisible. Quizás puede creerse más que fueran a la cama en un entorno inseguro como el de la Primera Guera Mundial.

Ni que hablar del flechazo entre la rebelde Ellen y Brian rodeados por las gallinas de la casa MacKenzie, refrendado cuando se encuentran en un puente de las afueras y ya se juran amor eterno, aunque el día anterior ella decía que no se iba a casar nunca. Esto podría entibiar el corazón de algunas espectadoras pero simplemente resulta demasiado pronto e idealizado para una mujer del siglo XVIII.
Pero el colmo de la trama es explicar que la muerte de los padres de Claire, de la cual se habla en los libros, fuera en realidad porque los Beauchamp viajaron al pasado, a la Escocia de 1714, y hasta entraron en contacto con sus futuros consuegros, limitando toda la trama a lo que ocurre en la Tierras Altas.

Esta trama parece más un fanfic que una historia escrita por profesionales. Tanto la forma en la que Julia entra en contacto con Ellen y la ayuda a simular la existencia del himen aún después de que se acostó con Brian, como el que quizás haya sido el momento más festejado: cuando, ¡por fin!, el atormentado Henry y su esposa se reencuentran en los pasillos de Lallybroch con tiempo apenas para reconocerse y besarse.
¿Los parecidos fueron un acierto?
Creo que se tomaron más tiempo en hacer el casting que en escribir los guiones a conciencia. Se nota que todo fue pensado para satisfacer las expectativas de las fans, generando coincidencias forzadas con los personajes de las novelas. Para “Blood of my Blood” se ocuparon de que los actores fueran lo más parecido posible a los de “Outlander”. Es la mejor asociación con la serie madre. Por ejemplo Jamie Roy como Brian Fraser es la versión morocha de Heughan y lo hacen hablar en el mismo tono que el popular actor escocés. Del mismo modo, la actriz que encarna a Julia (Hermione Corfield) es idéntica a Balfe.

Quienes encarnan a los jóvenes Jocasta MacKenzie y a Murtagh Fitzgibbons Fraser, Sadhbh Malin y Rory Alexander, son muy parecidos a Maria Doyle Kennedy y a Duncan Lacroix. Pero no lograron es que Ellen se pareciera a su nieta Brianna, como dicen Galbaldon en sus textos: mientras que Sophie Skelton es menudita y de ojos pequeños, Harriet Slater parece más voluminosa.
En fin, demasiados detalles sueltos para conformar a las lectoras de una saga muy bien escrita y voluminosa, y de los seguidores de una serie de TV que puso los paisajes de Escocia en primer plano y ubicó a este territorio del norte de Gran Bretaña como un destino turístico. No tengo esperanzas de que la segunda temporada sea mejor. Para mi esta fue una de las peores series de 2025.


















