Cheesecake de palta sin horno: la receta más original e irresistible de este postre, en solo 5 pasos

El cheesecake es un clásico que admite muchísimas variantes: desde las tradicionales con frutos rojos hasta opciones modernas con chocolate o dulce de leche. Pero la palta le da un giro innovador: aporta un color verde suave y una textura cremosa que sorprende al primer bocado. Además, su consistencia permite reducir la cantidad de manteca y queso crema sin perder cremosidad.
Al combinarlo con jugo de limón o lima, se potencia su frescura, convirtiéndolo en un postre ideal para días cálidos o para cerrar una comida especial con un toque diferente. Y lo mejor: no necesita horno. Su base de galletitas se prepara fácilmente, aunque también se puede reemplazar por frutos secos y dátiles para una versión más saludable.

Ingredientes (4 porciones)
- 200 g de galletitas dulces (vainilla o coco)
- 80 g de manteca derretida
- 2 paltas maduras
- 200 g de queso crema
- 100 g de azúcar o 3 cucharadas de miel
- Jugo de 1 lima o ½ limón
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 200 ml de crema de leche
- 7 g de gelatina sin sabor (o 1 cucharadita de agar-agar)
- 50 ml de agua
Paso a paso
1. Preparar la base:
- Triturar las galletitas hasta obtener un polvo fino.
- Mezclar con la manteca derretida y volcar la mezcla en un molde desmontable.
- Presionar bien para compactar y llevar a la heladera.
2. Hacer el relleno:
- Procesar la pulpa de las paltas junto con el queso crema, el azúcar (o miel), el jugo de lima/limón y la esencia de vainilla hasta lograr una mezcla homogénea y cremosa.
3. Incorporar la gelatina:
- Disolver la gelatina en el agua, calentándola unos segundos en microondas o a baño maría.
- Añadir a la preparación de palta y mezclar bien.

4. Batir la crema:
- Montar la crema de leche a medio punto e incorporar suavemente al relleno con movimientos envolventes.
5. Enfriar y servir:
- Volcar el relleno sobre la base de galletitas, alisar la superficie y llevar a la heladera por al menos 4 horas hasta que esté firme. Servir y disfrutar.
Siguiendo estos pasos sencillos, tendrás en tus manos un cheesecake de palta único: fresco, cremoso y con un toque diferente que sorprenderá a todos. Ideal para cualquier ocasión, sin necesidad de complicarse demasiado.