Bueno, rico y barato: el corte de carne accesible que casi nadie compra y es ideal para tirar a la parrilla
Se trata de una pieza muy común en guisos o pucheros, pero cuando se cocina en la parrilla, suelta gran cantidad de jugos y muestra una terneza sorprendente.

El asado argentino es más que una preparación, se trata de todo un ritual al que con el correr de los años se le fueron añadiendo distintos sabores e ingredientes. En ese contexto aparece un corte de carne que, si bien no es tan popular como la tira de asado o el vacío, se destaca por su bajo precio, jugosidad y textura.
Se trata del bife de aguja, muy común en guisos o pucheros, pero cuando se cocina en la parrilla, suelta gran cantidad de jugos y muestra una terneza sorprendente.
Al encontrarse en la parte superior de la paleta del animal, este corte es más accesible que otros y posee la suficiente grasa infiltrada para convertirse en una opción ideal para cocinarlo a las brasas.

Cómo cocinar el bife de aguja
Para asar el bife de aguja de manera correcta es importante que la parrilla esté bien caliente. En tanto, la cocción debe ser lenta para que la grasa se derrita y aporte sabor a la carne sin que se seque.
Condimentado con sal gruesa, este corte se cocina en aproximadamente 20 minutos por lado, dependiendo del punto deseado por el comensal.
De esta manera, contarás con una carne tierna, sabrosa y dorada, perfecta para un asado familiar o con amigos sin gastar demasiado. Además, su sabor es ideal para combinar con guarniciones clásicas, como ensaladas o papas fritas.
El bife de aguja es cada vez más recomendado por parrilleros y carniceros, que reconocen su relación precio-calidad, sin nada que envidiarle a cortes mucho más caros.
















