Adiós al Chango Farías Gómez

Los restos del músico Chango Farías Gómez fueron despedidos al son del bombo legüero y las palmas de la chacarera en el cementerio de la Chacarita, donde se congregaron familiares, amigos, artistas y militantes políticos que evocaron a uno de los grandes hacedores de la música argentina de raíz.

El féretro del querido Chango, incansable promotor de visiones y experiencias renovadoras dentro de la música argentina, ingresó a las 13 a la Chacarita cubierto por una bandera argentina, otra del movimiento peronista, una tercera de Madres de Plaza de Mayo y una wiphala de los pueblos originarios.

Su hermana Marián, sus hijos Micaela, Juancho, Gerónimo y Facundo, su mujer de los últimos 30 años de vida, Silvia, y músicos como Teresa Parodi, el Mono Izaurralde, Piero, José Luis Castiñeira de Dios y Facundo Guevara acompañaron los restos mortales del Chango.

El cortejo fúnebre asistió a un responso, que fue acompañado por el sonar de los bombos y las palmas de la chacarera y que luego continuó en la sentida despedida tributada por Micaela, y el canto de una vidala y la "Zambita de allá" ("Cuando muere un santiagueño/nadie lo llora, nadie lo llora,/le cantan una vidala/se va a la gloria, se va a la gloria").

Finalizado el oficio religioso, allegados al Chango se dirigieron luego al Panteón de Sadaic, donde otra vez hubo palmas y bombos y donde Marián Farías Gómez lo desipidió con un "adiós hermanito" y su esposa Silvia diciendo: "es sólo que te nos apuraste, pero ya nos veremos".

Nombre fundamental de la música argentina de raíz y exlíder de grupos legendarios como los Huanca Huá, Grupo Vocal Argentino, MPA y La Manija, Juan Enrique "Chango" Farías Gómez falleció a los 73 años.

Nacido en Santiago del Estero y criado en el barrio de San Telmo, el Chango había sido internado en la clínica Otamendi el pasado fin de semana por un enfisema pulmonar, agravado por un cáncer que padecía desde hacía varios años pero que nunca le impidió continuar con una labor creativa que sostuvo hasta los últimos días de su vida.

De hecho, la Orquesta Popular de Cámara, con la que venía tocando desde comienzos de año en actvividad permanente y con la que planeaba grabar un disco, tocó este martes, aunque sin él, por última vez.

Guitarrista, percusionista, cantante, compositor e intérprete, el Chango unió siempre una fina concepción musical y arreglística con una fe transformadora y una profunda cercanía por lo popular.

Creador de los Huanca Huá, primero, el Grupo Vocal Argentino en 1964, en 1975 conformó un trío con Kelo Palacios y Dino Saluzzi, pero la irrupción de la dictadura militar en 1976 lo obligó a exiliarse en Francia y España.

A su regreso, el Chango creó Músicos Populares Argentinos (MPA) una agrupación en la que reúnió a jóvenes talentos como el Mono Izaurralde, Verónica Condomí, Jacinto Piedra y Peteco Carabajal y que marcó algunas de las coordenadas de la renovación folclórica en la recuperación democrática.

De la mano de su adhesión permanente al peronismo, el Chango fue director nacional de Música entre 1989 y 1992.

Mientras que entre 2003 a 2007 se desempeñó como legislador porteño, lugar desde el cual presentó, defendió y logró imponer en 2004 el proyecto de ley que estableció en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires el feriado de lunes y martes de carnaval y un programa para dar sustentabilidad al arte callejero de la murgas porteñas.

Su inquebrantable vocación de transformación y su trabajo creativo a lo largo de 50 años de carrera hicieron del Chango una presencia cultural y musical insoslayable, esencialmente por su capacidad de unir ideas y experiencias en la construcción de un cancionero con nuevas formas para las músicas argentinas de raíz.