Tristeza entre porteños y turistas: cerró un histórico bodegón de 95 años y La Boca perdió un Bar Notable
Históricamente ligado con el club Boca Juniors, decidió bajar sus persianas. Después de varios intentos, sus dueños no pudieron mantenerlo.
Los Bares Notables son establecimientos en la Ciudad de Buenos Aires que fueron reconocidos por su significancia cultural, arquitectónica o histórica, y que son parte del patrimonio de la ciudad. Desafortunadamente, uno de ellos bajó sus persianas para siempre.
Uno de los restaurantes porteños más antiguos cerró sus puertas. Se trata de La Buena Medida, un bodegón de pura cepa que había sido fundado a principios del siglo XX en el barrio de La Boca.
Si bien desde el Gobierno de la Ciudad aseguran que abrió en 1930, hay otra versión. Leandro Vesco, periodista y actual Ministro de las Pulperías y Bodegones de la III República de La Boca asegura que fue en 1905, mismo año que se fundó el Club Atlético Boca Juniors.
Ubicado en la esquina de Suárez y Caboto, frente a la emblemática Plaza Solís, donde está la piedra basal del Club Atlético Boca Juniors, La Buena Medida había sido durante más de un siglo un refugio de identidad porteña: un lugar donde convivían vecinos, trabajadores portuarios, inmigrantes y generaciones enteras de familias que lo adoptaron como parte de su rutina.
El establecimiento era mucho más que un bodegón. Era un espacio de memoria viva, con su ambientación clásica, sus mesas de madera, su mostrador añejo y una cocina típica que mantenía recetas tradicionales como la milanesa a la napolitana o sus jugosas carnes a la parrilla. En su salón se filmaron películas, se celebraron encuentros comunitarios y se construyeron historias que formaron parte del ADN boquense.
El cierre de un bodegón que entristece a La Boca
El lugar había bajado sus persianas por primera vez en 2018, golpeado por la caída del consumo y las dificultades económicas. En 2021 volvió a abrir gracias al impulso de un vecino del barrio, que intentó revivir el espíritu del bodegón y devolverle su función social como punto de encuentro. Sin embargo, la recuperación no fue suficiente: la falta de un alquiler renovado y la imposibilidad de afrontar los costos desembocó hacia un nuevo final.
La despedida ocurrió a fines de octubre y estuvo cargada de emoción. Vecinos, clientes habituales y gente del barrio se acercó para compartir el último día del bodegón, que no solo ofrecía comida, sino un espacio de pertenencia para generaciones de boquenses. El cierre deja al barrio sin uno de sus referentes históricos y suma un nombre más a la lista de Bares Notables que, en los últimos años, no lograron sobrevivir.
En el mismo barrio también se encuentra el bodegón El Obrero, propiedad de los hermanos Castro y Café Roma, dos clásicos que representan la identidad de la Ribera.


















