Recuperemos "El Molino"

La tradicional confitería fue el sueño de un pastelero que quiso que su marca se grabe en la historia. Fue inaugurada en 1917 y funcionó sin pausa durante 80 años.

“Entrar a El molino era entrar a una catedral, era un ambito de profunda meditación. No hay político que alguna vez no se haya sentado a una de sus mesas para discutir sus ideas y tomar un café. Es algo único, sensacional e irremplazable. No tiene precio”, señaló Manuel Perez Amigo, Presidente de Amigos de Avenida de Mayo.

“Cuando era vendedor de pañuelos, muchas veces me sentaba a tomar una gaseosa y saborear un rico pastel. Es un lugar desde el cual se ha podido observar el paso de la historia, se han cerrado negociaciones políticas trascendentes y se han firmado proyectos de ley porque funcionó también como un gran despacho”, recordó el senador nacional Samuel Cabanchik.

Cayetano Brenna compró la importante esquina en 1911. Allí mandó a construir una confitería con dos subsuelos, un salón de fiestas en el primer piso y cuatro pisos de departamentos para rentas.

“Brenna decidió que la confitería fuera y sea un testimonio de arquitectura de primer nivel. Hace cuatro años empecé a hablar con el dueño para hacer na puesta en valor del edificio”, comentó Luis Grossman, director del Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Hoy en día la esquina está en venta y hay algunos interesados en comprarla. El tiempo avanza y al no haber mantenimiento tiene enferma la parte superior y hay que curarla rápidamente”, agregó Grossman.

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