La OTAN respalda a Ucrania: el misil ruso "no disuadirá a los aliados" de Kiev

Mark Rutte y Volodimir Zelenski. Foto: Reuters.

La OTAN advirtió durante este viernes que el lanzamiento del misil balístico internacional por parte de Rusia contra Ucrania no disuadirá a sus aliados, por lo que mantendrán el apoyo firme a Kiev en el conflicto bélico que comenzó en febrero de 2022.

Farah Dakhlallah, portavoz de la Alianza Atlántica, mencionó a EFE: “El despliegue de esta capacidad no cambiará el curso del conflicto ni disuadirá a los aliados de la OTAN de apoyar a Ucrania”. Además, apuntó que el lanzamiento del jueves fue “un ejemplo más de los ataques de Rusia contra ciudades ucranianas”.

Mark Rutte, secretario general de la OTAN. Foto: Reuters.

“Rusia pretende aterrorizar a la población civil de Ucrania e intimidar a quienes apoyan a Ucrania en su defensa contra la agresión ilegal y no provocada de Rusia”, concluyó en su mensaje tras una nueva escalada de tensión global producto de la guerra.

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Rusia lanzó un misil balístico internacional por primera vez desde que comenzó la guerra

El presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó este jueves el ataque ruso a Ucrania con un misil balístico hipersónico sin carga nuclear y afirmó que Moscú se reserva el derecho a usar su arsenal contra instalaciones militares de países que permiten a Kiev usar sus misiles para golpear territorio ruso.

El misil balístico internacional que lanzó Rusia.

Se trata de un misil de alcance medio Oreshnik, que fue lanzado contra una instalación del complejo militar-industrial de Ucrania, explicó Putin en un mensaje a la nación emitido por la televisión pública.

La Fuerza Aérea ucraniana había informado en un primer momento sobre un ataque contra la región de Dnipró con un misil balístico intercontinental ruso, lo que no fue confirmado ni por Rusia ni por Estados Unidos.

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Putin aseguró que Rusia utilizó esta capacidad en respuesta al uso de armas de largo alcance estadounidenses y británicas por parte de Ucrania contra objetivos en territorio ruso como parte de su estrategia de defensa de los ataques rusos.

En concreto, misiles de largo alcance estadounidenses ATACMS y británicos Storm Shadow, que fueron dirigidos contra la infraestructura militar de las regiones fronterizas de Briansk y Kursk.