Beck en Planeta Terra: clásico y moderno

Como si fuese una bomba molotov, Beck mezcla varios elementos (rock, pop, folk, electrónica, noise, rap) y logra una explosión a gran escala arriba del escenario. Con más de dos décadas en la industria, el californiano sabe cómo entretener (y entretenerse) sea cantando, rapeando, zapando o bailando. Con fuerza, con onda, con desparpajo. A tal punto que puede darse el lujo de girar por toda Sudamérica aunque no edite un disco con canciones nuevas hace cinco años.

¿Y cómo armar un repertorio sin grandes novedades? Bueno, apelando a material de todas sus épocas, sobretodo a sus obras maestras, casos “Odelay” (1996) y “Sea Charge” (2002), e incluyendo un par de covers, como “Sissyneck” y “Billie Jean” de Michael Jackson. Mucho público se retiró después de Lana del Rey pero, pasada la medianoche, la fiesta se desató con Beck.

Habían transcurrido apenas 15 minutos del set cuando arremetió con “Loser”, uno de sus hits más fuertes, pero se tenía guardado un arsenal de 20 canciones más para repartir durante toda la noche. De sombrero negro, saco rojo y botas, tocó guitarra eléctrica, acústica y armónica (para “Soldier Jane” y “The Golden Age”). Rapeó en algunos temas (“Qué Onda Güero”, “E-Pro”) y bailó en otros (“Quiero un sacudón”, dijo en un momento y salió con “Black Tambourine”). Para el final dejó “Girl, “Where It’s At” y un abrazo con los músicos (“Son un grupo muy especial, los quiero mucho”), en lo que fue –según anunció- su último show del año.