El heredero del actual mandatario estadounidense fue imputado por haber comprado un revólver y no advertir que fue consumisor de drogas. Podría recibir una condena de 25 años.
Por Canal26
Jueves 14 de Septiembre de 2023 - 20:20
Rodeado de tragedias familiares, adicto confeso a las drogas y vinculado con negocios turbios en Ucrania, Hunter Biden, el indisciplinado hijo del presidente de Estados Unidos, sumó un nuevo episodio a su vida rebelde: una imputación por haber comprado ilegalmente un arma que podría llevarlo a prisión.
Y, como ya sucedió en la campaña de las elecciones a la presidencia del año 2020, su vuelta a la primera línea informativa amenaza con complicarle el camino de la reelección a Joe Biden, principal y, casi única, apuesta demócrata para los comicios de 2024.
Hunter fue imputado este jueves por mentir al adquirir un revólver, al decir que no era consumidor de drogas. Se enfrenta a un máximo de 25 años de cárcel.
A pesar de los intentos por evitar el tema, la Casa Blanca dejó claro que Biden y su esposa, Jill Biden, "aman" a Hunter, de 53 años, aunque el mandatario no usaría su poder para perdonarlo si es condenado.
El acta de imputación presentada está firmada por David Weiss, quien fue nombrado hace unas semanas como fiscal especial por el secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, en un intento del Gobierno de demostrar la independencia del proceso judicial.
Las pesquisas a Hunter se abrieron en 2018 durante el mandato de Donald Trump y los conservadores se apoyaron en ellas para atacar al presidente demócrata, al que acusan de no haber hecho ningún esfuerzo para llevar esta indagación hasta el final.
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Robert Hunter Biden es el segundo hijo que el presidente tuvo con su primera esposa, Neilia. En 1972, un accidente de coche acabó con la vida de ella y de su hija más pequeña; solo sobrevivieron Hunter y su hermano mayor Beau, quien falleció a causa de un tumor cerebral en 2015.
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Hunter Biden tiene cinco hijos con tres mujeres diferentes: tres con su primera esposa, uno con su actual esposa, Melissa Cohen, y una niña de cuatro años con Lunden Roberts, una mujer de Arkansas a la que conoció cuando luchaba contra su adicción a las drogas.
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El primer gran escándalo político de Hunter ocurrió en 2012, cuando Biden era vicepresidente de Barack Obama y realizaba viajes a Ucrania en medio del conflicto por la península de Crimea.
En esa época, el polémico hijo de Joe aceptó un cargo en el consejo de administración de la entonces mayor compañía privada de gas del país, 'Burisma', con un sueldo superior a los 50.0000 dólares al mes.
Desde entonces, la cuestión de un posible conflicto de intereses fue utilizada por figuras del republicanismo como Donald Trump, quien acusa, sin pruebas, al actual presidente de haberse beneficiado ilegalmente de los negocios de su hijo en Ucrania.
Con cuatro imputaciones penales en su contra, la última imputación a Hunter Biden le viene como anillo al dedo al expresidente para seguir hablando de una red familiar de negocios oscuros de los Biden que, por el momento, solo reconoce en su imaginación.
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