Rusia: así es la vida con -72°C en el lugar más gélido del planeta

Oymyakon, la localidad más fría del planeta. Foto: Wikimedia Commons.

La temperatura promedio en Oymyakon, un pequeño pueblo de Rusia de alrededor de 900 habitantes, cuyo nombre significa "agua que no se congela", es de -62 grados. Este registro lo convierte en el pueblo habitado más frío del mundo.

Oymyakon también mantiene el récord de baja temperatura con -71,2º C, algo que nos haría pensar que vivir en esta ciudad siberiana puede ser inviable, pero no es así.

Esta ciudad ubicada al este de Siberia, yace en la región más fría de todo el país. Sus peores meses son entre octubre y mayo, y desde la oficina de turismo local advierten que todo lo que no se tape para protegerse del frío será cubierto de hielo sin distinción de la época del año. En esto están incluidos animales y personas, con el riesgo de padecer congelamiento en un período breve de tiempo que los puede llevar a una muerte segura.

Siberia, Rusia. Foto: Unsplash.

Afortunadamente, una cercana central de energía térmica les proporciona calefacción sin costo alguno, mientras que los manantiales termales en las cercanías suministran el agua líquida requerida. Como si fuera poco, en Oymyakon los vehículos dejan de funcionar a temperaturas por debajo de -20ºC, por lo que deben ser resguardados y se dificulta la movilidad. Por otro lado, electrodomésticos y otros dispositivos, también deben ser puestos a resguardo en un entorno con control de temperatura.

En época de invierno, el sol aparece durante aproximadamente seis horas al día y las temperaturas llegaron a descender hasta unos violentos -72ºC, sin embargo, en verano pueden alcanzar los 34ºC. A pesar del clima extremo del área, numerosos turistas visitan anualmente la región para explorar tanto el paisaje como el estilo de vida y la cultura de sus residentes.

El pueblo minero de Oymyakon, al este de Siberia. Foto: Wikimedia Commons.

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La vida en Oymyakon

Los lugareños dedican su labor a la minería, aprovechando los yacimientos de oro y antimonio de la zona, minerales que en otros sitios resultan difíciles de hallar. Su trabajo reviste gran relevancia en la generación de energías renovables, a pesar de que, a lo largo de su historia, esta comunidad solía llevar una vida nómada de cazadores.

En su dieta no se encuentran vegetales, ya que el cultivo de frutas y hortalizas es un desafío prácticamente imposible debido a que todo se congela. Por este motivo, su alimentación se sustenta principalmente en carne y pescado. Naturalmente, nadie permanece en el exterior por más de 20 minutos, y aquellos que deben trabajar al aire libre lo hacen de forma rotativa para no padecer las condiciones de la zona.