10 cuidados con tu perro durante el invierno

Por qué los perros deciden dormir en una almohada. Foto: Unsplash.

Cuando bajan las temperaturas y el clima se torna más frío, los cambios no afectan solo a las personas. Los perros también experimentan las consecuencias del invierno y, por ello, requieren cuidados específicos para mantenerse saludables y cómodos. Si bien muchos disfrutan de jugar en el exterior sin importar el clima, el invierno impone desafíos que pueden afectar tanto su salud como su bienestar general.

Cada raza, tamaño y edad de perro responde de manera distinta al frío. Algunos perros tienen un pelaje grueso y resistente, lo que les permite tolerar temperaturas más bajas. Sin embargo, otros —especialmente los de pelo corto, razas pequeñas, cachorros o perros mayores— pueden sufrir los efectos del invierno con mayor intensidad. Por eso es esencial reconocer sus necesidades y adaptar el entorno para protegerlos adecuadamente.

Perros. Foto cedida por anunciante.

Durante esta temporada, es habitual que disminuya la frecuencia de paseos y que aumente el tiempo dentro de casa. Aunque eso puede parecer beneficioso para mantenerlos resguardados, también puede influir en su estado de ánimo y nivel de energía. La falta de estimulación física o mental puede llevar a comportamientos destructivos o ansiedad, por lo que es importante compensar esos momentos con actividades que los mantengan entretenidos y activos.

Uno de los aspectos más visibles del invierno es el cambio en la rutina de salidas al exterior. Muchos perros muestran resistencia al salir, especialmente en días de lluvia o viento. En esos casos, contar con ropas para perros puede marcar una gran diferencia. No se trata solo de estilo, sino de brindar una capa de protección frente al frío y la humedad. Al igual que nosotros usamos abrigo, ellos también agradecen una ayuda extra cuando las temperaturas descienden.

La elección de ropas para perros debe hacerse considerando su comodidad y movilidad. Prendas ajustadas, pero no apretadas, materiales térmicos y diseños que cubran zonas clave como el pecho o el abdomen son ideales. Un perro que se siente protegido tenderá a mantener su comportamiento habitual incluso en condiciones climáticas adversas, lo cual favorece tanto su salud como su disposición emocional.

Perros. Foto cedida por anunciante.

El suelo frío o mojado también puede ser perjudicial para las patas. Algunas razas son más sensibles y pueden sufrir pequeñas lesiones o molestias. Las botas o calcetines especiales son una opción, aunque no todos los perros se acostumbran fácilmente. En ese caso, una parka para perros bien diseñada, que incluya cobertura hasta la zona baja del cuerpo, puede ser una solución práctica y efectiva para resguardarlos del contacto directo con superficies frías.

Dentro del hogar, es importante preparar un espacio cálido y acogedor. Aunque muchas casas cuentan con sistemas de calefacción, los perros suelen buscar rincones específicos donde se sienten más seguros. Asegurarse de que tengan una cama con aislación térmica, mantas suaves o incluso una camita elevada del suelo puede hacer una gran diferencia en su descanso y calidad de sueño.

La alimentación también merece atención especial durante esta época. Algunos perros queman más energía intentando mantener su temperatura corporal. Por eso, una dieta equilibrada y rica en nutrientes ayuda a reforzar su sistema inmune. Incluir un alimento para perros adecuado a su etapa de vida, tamaño y nivel de actividad es fundamental para acompañarlos de forma saludable durante todo el invierno.

Al ofrecer un comida para perros de calidad, es posible mantener su musculatura, fortalecer sus defensas y conservar un pelaje sano, que actúa como primera barrera frente al clima. Además, la hidratación no debe descuidarse. Aunque el frío no genere tanta sed, mantener siempre agua fresca disponible sigue siendo clave para su bienestar.

La higiene tampoco se detiene en invierno. Bañarlos con menos frecuencia es habitual, pero si lo haces, el secado debe ser completo. Utilizar toallas térmicas o secadores a temperatura tibia (nunca caliente) permite que su piel no sufra los efectos del frío post-baño. También se recomienda revisar sus patas tras cada paseo, eliminando restos de barro o agua que puedan irritar la piel o generar infecciones.

Finalmente, el invierno puede agravar dolencias en perros mayores o con problemas articulares. Observa si hay rigidez al caminar, menos entusiasmo o cambios en su comportamiento. Existen suplementos recomendados por veterinarios que ayudan a fortalecer articulaciones y músculos. Un entorno cálido, superficies suaves y el acompañamiento constante también influyen positivamente en su estado físico.

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Abrigo sin exceso: proteger con equilibrio

Abrigar a tu perro no significa cubrirlo en exceso. Algunos animales pueden sobrecalentarse si llevan ropa cuando están activos en espacios cerrados. Por eso, es recomendable colocarle abrigo solo durante los paseos o cuando el entorno realmente lo requiere. Si está dentro de casa y la temperatura es moderada, bastará con una manta o su cama preferida.

No todos los perros necesitan el mismo tipo de abrigo. Mientras que razas como los huskies o malamutes pueden resistir bien el frío, otras como los chihuahuas o galgos requieren una protección mayor. Observa su comportamiento: si tiembla, busca refugio o se acurruca en exceso, podría necesitar una capa adicional. El equilibrio está en adaptar la protección a cada situación, sin exagerar ni omitir.

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Actividades invernales dentro del hogar

Durante los días lluviosos o muy fríos, mantener a tu perro activo dentro de casa es esencial. Juegos de inteligencia, escondites de premios, túneles o pelotas interactivas pueden entretenerlo y mantener su mente ocupada. Esos ejercicios reducen el estrés y previenen comportamientos no deseados.

Dedicar tiempo a su estimulación mental también refuerza el vínculo entre ustedes. Bastan unos minutos al día para hacer la diferencia. Enseñarle nuevos trucos, jugar a seguir órdenes o simplemente interactuar en sesiones cortas contribuye a su felicidad y estabilidad emocional.

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Revisión veterinaria de temporada

Un chequeo general antes o durante el invierno es muy útil para prevenir enfermedades propias de esta estación. Problemas respiratorios, dermatitis o molestias articulares pueden agravarse con el frío. Consultar al veterinario permite ajustar la dieta, elegir los suplementos adecuados o detectar signos tempranos de alguna condición.

Los perros con enfermedades crónicas o de edad avanzada deben tener un control más frecuente. En esos casos, el seguimiento profesional ayuda a evitar complicaciones. Mantener un calendario de vacunación y desparasitación al día también protege contra infecciones que podrían debilitar aún más su sistema inmune.

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Viajes y paseos: seguridad ante todo

Si planeas salir de viaje o pasear con tu perro durante el invierno, planifica bien la logística. Llevar una muda de abrigo, mantas, alimento suficiente y un recipiente para agua es indispensable. Algunos perros no se adaptan fácilmente a nuevos entornos, por lo que mantener su rutina lo más estable posible ayuda a reducir el estrés.

Para los paseos, elige horarios con mayor luz solar. Evita caminar en superficies resbaladizas o con hielo, ya que pueden provocar caídas. Siempre lleva una toalla para secarlo en caso de lluvia y procura que no permanezca mojado por mucho tiempo. Su comodidad es clave para disfrutar cada salida sin riesgos.

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Final del día: un refugio cálido y tranquilo

Al terminar el día, tu perro agradecerá contar con un espacio propio donde sentirse seguro. Las camas con bordes altos o materiales que retienen el calor son ideales. Si el lugar es muy frío, colocar su cama cerca de una fuente de calor segura puede marcar la diferencia en su descanso.

El contacto contigo, las caricias y un ambiente relajado son tan importantes como cualquier abrigo o suplemento. Tu compañía es su mejor refugio, sin importar la estación. Disfrutar juntos el invierno es posible si se toman las precauciones adecuadas.