Las alarmas se activaron cuando la mayor economía mundial, la de Estados Unidos, empezó a sentir los golpes de una crisis sin igual.
Por Canal26
Lunes 3 de Octubre de 2022 - 16:24
Crisis económica y recesión. Foto: NA.
La guerra que azota al este de Europa y el paso e la pandemia de coronavirus, que atravesó de lado a lado al mundo entero, dejaron sus duras e inocultables consecuencias en la economía mundial. Los resultados se manifiestan en las formas de una recesión sin precedentes, que ya nadie duda que tendrá lugar, aunque no se sepa cuándo sucederá.
Son varios los casos de crisis económicas a nivel mundial, pero el más emblemático y el que activa todas las alarmas es el de Estados Unidos. Sobre el país del norte de América, lo llamativo es que la Reserva Federal ha anunciado que continuará con su programa de ajuste monetario, el más agresivo en décadas, con el objetivo de darle "musculatura" a la no tan saludable economía local.
Pero en este punto, hay una palabra que pone en alerta a los más importantes mercados: recesión. De eso se trata.
Todo pasa no solo por saber de qué modo se va a desatar y el efecto que tendrá entre las empresas y los consumidores de los Estados Unidos, sino también más allá de sus fronteras. Es la antesala de una recesión mundial, cuyas posibilidades son cercanas a un 98%, de acuerdo a los planteado recientemente por la firma de investigación Ned Davis.
Los antecedentes de las previsiones de esta firma, alientan la idea de que -en efecto- esta vez el mundo entrará en una inédita crisis económica global. De hecho, Ned Davis había advertido sobre escenarios similares en 2008 y en 2020, dos momentos en los que -lamentablemente- se cumplieron las predicciones.
Para poder anticipar que la recesión llegará inexorable, es necesario tener en cuenta una serie de indicadores, sobre todo cinco en especial.
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El billete estadounidense es gravitante en la economía mundial y pese a la crisis que atraviesa Estados Unidos, se encuentra en el punto más fuerte en más de veinte años. Es que cuando la Reserva Federal sube las tasas de interés (algo que vino haciendo desde el pasado mes de marzo) el dólar cobra interés en el campo de las finanzas globales. En medio de las peores penurias de los mercados, pese a que muchos pueden llegar a pensar lo contrario, quienes invierten se ven atraídos por el dólar como moneda siempre segura. Esa compra puede traducirse por lo general en la compra de bonos del Gobierno norteamericano. Así, mientras para viajeros y consumidores de otras partes del planeta, el aumento del dólar implica un problema, para los estadounidenses representa un beneficio.
Dólares. Foto: NA.
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Para la mayor economía mundial, como la estadounidense, su principal impulsor es el consumo, las compras. Pero sucede que los compradores acusan recibo del golpe que llegó con el aumento permanente de precios y el congelamiento de los sueldos, por lo cual se encuentran "paralizados" en este punto.
La Fed, una vez más tiene mucho que ver con esto. De hecho, las tasas hipotecarias llegaron a niveles pocas veces antes sospechados, y todo es producto de la suba de las tasas de interés aplicada por la Reserva Federal. Los rubros de vivienda y alimentos, son los que mayor impacto generan.
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Desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, Estados Unidos se enfrentó a una inflación evidentemente alta, pese a lo cual los niveles de consumo no decayeron, y todo debido a lo "tenaces" que son los consumidores estadounidenses. El escenario fue el siguiente: las empresas traspasaron los costos, muy altos, a los bolsillos del consumidor, amortiguando los márgenes de ganancias.
Pero esa bonanza no era eterna y llegó el momento en que el nivel de demanda cayó y con eso, las ganancias de las empresas se desmoronaron.
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A excepción de una ilusoria sensación de mejoría en algún momento de 2021, lo concreto es que las acciones de Wall Street se encuentran en su pero momentos desde el lejano año 2008. La Fed empezó a subir las tasas de interés y desactivó el mecanismo de compra de bonos que fuera oportunamente el verdadero apuntalamiento del mercado. El efecto fue demoledor: el S&P 500 bajó practicamente un 24% en lo que va del año.
Caída de mercados. Foto: Reuters.
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Uno de los ejemplos más claros del fantasma de una recesión sin par sobrevolando en el aire es el de Europa. El avance de la guerra entre Rusia y Ucrania llevó al continente europeo a un escenario impensado: el costo del suministro de servicios escencial se encareció de un modo exponencial. El precio de la energía y el gas se dispararon como nunca antes y, para colmo de males, el suminsitrro y la calidad de servicio se resintieron de manera alarmante.
Tal como expone Allsion Morrow en su artículo exclusivo para CNN en español, "el recién instalado gobierno de la primera ministra Liz Truss anunció un amplio plan de reducción de impuestos que los economistas de ambos extremos del espectro político han denunciado como poco ortodoxo en el mejor de los casos y diabólico en el peor. En resumen, la administración Truss dijo que reduciría los impuestos para todos los británicos para alentar el gasto y la inversión y, en teoría, suavizar el golpe de una recesión. Pero los recortes de impuestos no están financiados, lo que significa que el gobierno debe endeudarse para financiarlos.Esa decisión desató el pánico en los mercados financieros y puso a Downing Street en un enfrentamiento con su banco central independiente, el Banco de Inglaterra. Los inversores de todo el mundo vendieron bonos del Reino Unido en masa, lo que hundió a la libra esterlina a su nivel más bajo frente al dólar en casi 230 años. Como, desde 1792, cuando el Congreso hizo que el dólar estadounidense fuera moneda de curso legal".
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En un contexto global en el que se espera que la recesión globel llegue en algún momento del año 2023, no es posible (ni siquiewra para los más avesados especialistas en economía) prever de qué tenor será. De todos modos, algo que sí se atreven a pronosticar es que será una de las más duras de la historia.
La economía de Estados Unidos, gracias a un muy fuerte mercado laboral y consumidores que se saben adaptar rápidamente a las circunstancias, podría estar en condiciones de resistir los embates. Sin embargo, no podría decirse lo mismo de otras. Por esto, economistas del Foro Económico Mundial exprsaron en su informe más reciente: “Estamos en aguas desconocidas en los próximos meses”.
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