Lo nuevo en reciclaje: zapatos a base de algas, 100% biodegradables y compostables

Algas. Foto: Unsplash.

La creatividad del reciclaje no tiene límites: desde accesorios de moda realizados a partir de envoltorios de snacks reciclados o tubos de PVC y cuero de bambú. Ahora se sumó un nuevo elemento a la moda sostenible: las algas.

¿De qué manera? De una forma bastante llamativa, como materia prima para calzados biodegradables y compostables, con otra función muy importante, ayudar a no contaminar las aguas.

Calzado 100% biodegradable y compostable. Foto: Instagram/algenesismaterials.

La idea de este calzado biodegradable y compostable nació de la preocupación por el enorme descarte de ojotas que se acumulan en playas y océanos, calzados que pueden tardar siglos en descomponerse. Así fue como Stephen Mayfield creó Algenesis, una empresa que busca poner fin a la contaminación a partir de los zapatos a base de algas.

Algenesis cultiva las algas para fabricar un óleo en reemplazo del aceite de petróleo, que tradicionalmente se utiliza para la fabricación de ojotas, para así crear las zapatillas Blueview, de origen 100% vegetal y biodegradables con el objetivo de sustituir los plásticos derivados del petróleo por materia prima sostenible a partir de plantas.

El óleo obtenido de las algas es el componente principal. Foto: Instagram/algenesismaterials.

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¿Qué sucede con estos zapatos biodegradables y compostables cuando ya no se los utilizan?

Cómo toda prenda de vestir, en algún momento termina por romperse o desgastarse, por lo que la mayoría los guarda en el fondo del placard, o bien, los desechan junto con el resto de los residuos. Sin embargo, estos zapatos tienen una nueva función luego de que su primera vida útil se acabe.

Esto se debe a que una vez que los calzados de algas dejen de utilizarse, no se los debe tirar, sino compostar, ya que servirá de abono para la tierra. Pero ¿qué pasa si no se los composta y se los arroja al mar o se los desecha en la playa?

Esta parte es aún mejor, dado que la empresa comprobó que sus zapatos se biodegradan en menos de dos años, pero mientras tanto sirven como hogar de moluscos y otros seres marinos.