Un cambio silencioso: cuántos minutos de sol se ganan por día tras el solsticio de invierno y por qué sucede

Invierno, frío, bajas temperaturas. Foto: Freepik.

Cada año, el 21 de junio marca en el hemisferio sur un punto clave en el calendario astronómico: el solsticio de invierno. Es el día más corto y, a partir de entonces, la luz comienza a ganar terreno. Aunque el cambio es apenas perceptible en los primeros días, inicia un proceso gradual que se extiende hasta el equinoccio de primavera.

Esta variación responde a la inclinación del eje terrestre y a su órbita alrededor del Sol. A medida que la Tierra continúa su movimiento, el hemisferio sur comienza a recibir progresivamente más radiación solar, lo que se traduce en jornadas cada vez más extensas.

En el solsticio de invierno, el hemisferio sur experimenta el día con menos horas de luz solar y la noche más larga. Foto: Pixabay.

En promedio, se suman entre uno y dos minutos de luz por día. Por ejemplo, en Buenos Aires, el 22 de junio el sol sale a las 8:03 y se pone a las 17:45.

Una semana después, el amanecer ocurre a las 8:01 y el atardecer a las 17:49. En apenas siete días, el día ganó seis minutos de luz solar. Aunque el crecimiento no es perfectamente regular (ya que depende de la latitud y otros factores astronómicos) la tendencia es clara y constante.

Los datos provienen de cálculos precisos realizados por entidades como el Observatorio Astronómico de Córdoba y el Servicio de Hidrografía Naval, que registran diariamente los horarios de salida y puesta del sol en todo el país.

El solsticio ocurre cuando el hemisferio sur está más alejado del Sol, resultando en una menor incidencia de los rayos solares y temperaturas más bajas. Foto: Pixabay.

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¿Cómo impacta el solsticio de invierno en el ánimo, la naturaleza y la vida cotidiana?

Más allá de lo astronómico, este fenómeno tiene efectos concretos en la vida cotidiana. Desde el estado de ánimo y la energía diaria hasta el comportamiento de la flora y fauna, todo se adapta al ciclo solar.

La naturaleza percibe antes que los humanos estos cambios sutiles: las plantas comienzan a prepararse para florecer y los animales ajustan sus rutinas biológicas.

En el extremo sur de Argentina, Ushuaia representa un caso particular. Allí, la oscilación en la cantidad de luz solar entre estaciones es más marcada que en otras regiones del país.

Durante el solsticio de verano, el 21 de diciembre, la ciudad disfruta de más de 17 horas de sol. En cambio, en el solsticio de invierno, el sol aparece pasadas las 10 de la mañana y se oculta poco después de las 17.

La disminución de la luz solar puede afectar el estado de ánimo de algunas personas, generando melancolía o tristeza. Foto: Instagram / arakur_ushuaia.

Lejos de desanimarse por los días cortos y el frío, la capital fueguina celebra su particularidad con la tradicional Fiesta Nacional de la Noche Más Larga, un evento que combina música, teatro, cine y propuestas culturales.

Además, el invierno se vive a pleno en sus centros invernales, como el Cerro Castor, y en excursiones como la navegación por el Canal Beagle o caminatas en el Glaciar Martial.

Para quienes disfrutan del turismo en invierno, Ushuaia ofrece experiencias únicas: desde avistajes de fauna marina hasta platos típicos de la cocina patagónica como la centolla fueguina y el cordero a la cruz. Incluso, la prolongación de la “hora dorada” regala escenas de luz invernal ideales para la fotografía.

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