Llegar a Mar del Plata en recambio de quincena: los caminos alternativos a la Ruta 2 para evitar embotellamientos

Mar del Plata: el destino más elegido por los argentinos. Foto: Instagram.

Las vacaciones pueden significar un relax y descanso merecido tras un extenso año laboral. Sin embargo, ante la masividad de personas que viajan a la Costa Atlántica para tomarse un respiro de la ajetreada rutina, emprender el camino de las rutas que llevan a esos destinos puede volverse una verdadera odisea por la cantidad de tránsito, en especial en el recambio de quincena.

Pero a no desesperar, ya que existen alternativas a la famosa Ruta 2, la cual muchas veces se transforma en un embudo, y que pueden transitarse para evitarlo, si es que no afecta al conductor y sus acompañantes hacer unos kilómetros de más.

Mar del Plata. Foto: NA/ argentina.gob.ar

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Porteños y no porteños se desviven muchas veces por las soleadas costas marplatenses, pero la contracara de ese disfrute y de pasar tiempo con familia y amigos es el viaje en sí. Al ser tan masivo el aluvión de personas que viajan, hacen que las rutas se congestionen y se torne muy difícil llegar en pocas horas. 

Cierto es que la Ruta 2 es la más directa desde la Ciudad de Buenos Aires hasta Mar del Plata, con 415 kilómetros de distancia, por lo que resulta la más utilizada.

Sin embargo, existe una alternativa para evitar el caos de tránsito y es la Ruta 36, hasta su empalme con la Ruta 11, eludiendo así el embudo de la Ruta 2, aunque se sumen poco más de 70 kilómetros más al trayecto. 

Muchas veces hacer kilómetros "de más" puede ser beneficioso para evitar embotellamientos. Foto NA.

Otra alternativa es utilizar la Ruta 29 y luego virar hacia la 226. Aquí el trayecto final es de 477 kilómetros de distancia entre CABA y La Feliz.

Dependiendo de la prisa por llegar y poniendo en consideración si se quiere evitar o no el tránsito pese a hacer kilómetros de más, estas rutas alternativas muchas veces pueden servir como una forma de disfrutar más el viaje, y no renegar por los tan incómodos embotellamientos en ruta, como para encarar las vacaciones de una manera distinta.